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Resiliente hacía la sostenibilidad para hacer frente al Cambio Climático.


CIRCUITOS ELECTRICOS DE PRIMER GRADO, RC, RL CON FUENTE, SIN FUENTE Y RESPUESTA ESCALON


MITIGACION DEL CAMBIO CLIMATICO 2021

El mundo vive una emergencia climática sin precedentes y el tiempo se agota. Entre las principales causas del problema se encuentra el calentamiento global. Así es como llamamos al aumento de la temperatura debido a las emisiones de gases de efecto invernadero provocadas por la actividad humana. Y, si tenemos gran parte de la culpa, también es tarea nuestra poner soluciones. ¿Cómo evitar el calentamiento global? Aquí tienes 5 ideas:

¿Cómo evitar el calentamiento global?

No le falta razón al secretario general de la ONU cuando señala que “este no es el verano de nuestra juventud. Este no es el verano de nuestros abuelos”. Las altas temperaturas no dejan de batir récords. De hecho, el pasado mes de julio ha sido el más caluroso desde que existen registros. Otro ejemplo por si aún queda algún escéptico o escéptica en la sala: acabamos de conocer que el Ártico tiene cinco nuevas islas “nacidas” del calentamiento global. Estas son algunas de las últimas propuestas de la ONU para arreglar un planeta que se derrite:

  1. Agricultura y alimentación

Cómo evitar calentamiento globalPara luchar contra el calentamiento global no basta con reducir las emisiones en industria, coches o centrales eléctricas. Además, el mundo tiene que ponerse a dieta: consumir menos carne, derrochar menos alimentos y apostar por una gestión sostenible de los suelos. Algunos datos que explican estas recetas:

  • La agricultura, silvicultura y otras actividades vinculadas al uso de suelo producen ya el 23% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
  • Derrochamos entre un 25 y un 30% de la comida que producimos.
  • Si no se detiene, la deforestación liberará más de 50.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera en 30 o 50 años.
Derrochamos entre un 25 y un 30% de la comida que producimos. ¿Qué hacer para luchar contra el calentamiento global?
  1. Construcción y urbanismo

El sector de la construcción y el uso de energía que se hace en los edificios provocan el 39% de las emisiones de CO2 del mundo. La migración del campo a la ciudad seguirá siendo una constante y se prevé que, durante los próximos 40 años, se construyan unos 230.000 millones de metros cuadrados de nuevas infraestructuras. Debemos aprovechar cada oportunidad de reducir la contaminación en este ámbito, ¿cómo? Acondicionando de edificios existentes, mejorando los estándares de calidad en las nuevas construcciones o buscando soluciones sostenibles para la climatización y gestión de residuos en los hogares, entre otras propuestas.

  1. Energía

Las energías renovables son recursos libres, no contaminantes e inagotables que proporciona la naturaleza. Por ello, invertir en energías renovables es invertir en un futuro sostenible. En esto parece que estamos haciendo los deberes: la capacidad de las energías renovables en el mundo se ha cuadruplicado de 2009 a 2019. Además, en 2018, la inversión global en renovables cuadruplicó a la que se realiza en carbón y gas.

  1. Transporte

El transporte es responsable de casi un cuarto de las emisiones de CO2 en la atmósfera y su impacto sigue creciendo. Con las políticas e incentivos adecuados, asegura Naciones Unidas, es posible poner freno a los medios de transporte más contaminantes, especialmente el automóvil y el avión.  Un ejemplo para entender las diferencias de las que hablamos: según la Organización Civil Internacional, un vuelo de clase económica desde Londres a Nueva York emite unas 0,67 toneladas de CO2. Esto equivale al 11% de las emisiones que produce anualmente alguien que viva en Reino Unido, o casi al total de las causadas por un habitante de Ghana.

  1. Educación

Por último, pero no menos importante, hay que destacar el poder de la educación. Como recordamos en la Campaña Mundial de la Educación, la educación es clave para conseguir el cambio individual y colectivo de mentalidad, comportamiento y estilos de vida necesario si queremos salvar el planeta. Desde nuestras casas trabajamos cada día para que las personas más vulnerables puedan ser capaces de comprender los principales retos medioambientales, darles respuesta y hacer frente a los efectos del calentamiento global.


CAMBIO CLIMATICO Y COVID-19: cinco lecciones que nos deja la pandemia

¿Qué relación hay entre la COVID-19 y el cambio climático?, ¿Cómo debería ser el nuevo mundo que construyamos tras la pandemia? Hoy te contamos cinco lecciones que nos está dejando la lucha contra dos de los principales desafíos mundiales del momento: el coronavirus y la emergencia climática.

1. COVID-19 y cambio climático: dos luchas conectadas

Cada vez hay menos dudas: estamos ante una emergencia climática sin precedentes. Esfuerzos como la Agenda 2030 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el Acuerdo de París, el Pacto Verde Europeo o las Cumbres del Clima demuestran el compromiso creciente de la sociedad con la lucha contra el cambio climático. Sin embargo, la respuesta a esta amenaza a largo plazo parece haberse congelado para reaccionar ante una amenaza más urgente: la provocada por la pandemia del coronavirus. Y ahí es donde está el error: no podemos elegir entre apagar un fuego u otro, ¡porque están relacionados! Si ahora estamos sufriendo la amenaza de este virus es en buena parte debido a que hemos debilitado los ecosistemas que nos protegen. Unas políticas ambientales que garanticen el desarrollo sostenible son la mejor garantía para construir una sociedad que pueda hacer frente a nuevas pandemias. A esto es a lo que llamamos una sociedad resiliente.

2. La biodiversidad como escudo frente a los virus

La comunidad científica lleva años lanzando esta alerta: la pérdida de biodiversidad actúa como catalizador para la expansión de virus y enfermedades infecciosas. La razón es que la diversidad de animales y plantas funciona como un escudo protector. Muchas especies actúan como huéspedes de virus que ni siquiera conocemos aún. Si disminuimos esta diversidad y destruimos ecosistemas, facilitamos que dichos virus “salten” al ser humano. De hecho, se estima que el 75% de las enfermedades nuevas emergentes que infectan a las personas proviene de animales.

Transmision de la COVID por animales

Como indica David Quammen, uno de los periodistas científicos más reputados del mundo, «cortamos árboles, matamos animales o los encerramos en jaulas y los enviamos a mercados. Desequilibramos los ecosistemas y liberamos los virus de su huésped original. Cuando esto ocurre buscan un nuevo organismo. Y, a menudo, nosotros estamos ahí».

En definitiva, si queremos evitar nuevas pandemias, proteger la biodiversidad y fomentar ecosistemas sostenibles no es una opción: es una obligación. Y no hay tiempo que perder porque, al ritmo actual, en las próximas décadas perderemos una de cada ocho especies del planeta.

3. Debemos repensar nuestros modelos de producción y consumo

La COVID-19 nos enseña que la salud del planeta está en nuestras manos. Como indicaba recientemente António Guterres, Secretario General de las Naciones Unidas, “ahora más que nunca es necesaria la solidaridad y la ambición de transitar hacia una economía sostenible, resiliente y baja en emisiones de carbón”.

Los modelos de producción y consumo desmedido necesitan dejar paso a un sistema que garantice la dignidad de todas las personas y el uso sostenible de los recursos para las siguientes generaciones. Algunas propuestas interesantes de las que ya hemos hablado en el blog son el uso de energías renovables y el fomento del comercio justo.

El 75% de las enfermedades nuevas emergentes que infectan a las personas proviene de animales.

4. COVID-19 y cambio climático: muestra de un mundo global

Si hay algo que nos demuestran tanto la crisis de la COVID-19 como la climática es que vivimos en un mundo interconectado. Ningún país puede hacerles frente por separado si queremos que nadie se quede atrás. Estamos, por tanto, ante desafíos globales que necesitan de repuestas coordinadas donde cada actor asuma su papel. Y hablando de papeles, los países desarrollados deben asumir su responsabilidad. Como bien nos recuerdan jóvenes activistas contra el cambio climático como Greta Thunberg, los mal llamados “países ricos” son los principales culpables del surgimiento de estas amenazas, a la vez que poseen más y mejores recursos para hacerles frente.

5. La ayuda, más valiosa que nunca

En un escenario global de pesimismo, incertidumbre y deshumanización, la lucha frente a la COVID-19 y el cambio climático debe ir siempre acompañada de una palabra: solidaridad. Desde Ayuda en Acción creemos que estos dos desafíos globales, tan fuertemente conectados, no pueden resolverse si no entendemos que todos y todas somos parte de la solución. Desde el reciclaje a las medidas de prevención contra la COVID-19, pasando por la solidaridad con las personas más vulnerables o la exigencia de actuación a los líderes mundiales. Cada gesto cuenta. Juntos es como realmente #SomosAyuda para conseguir un mundo más justo y sostenible.

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